Fíjense en el edificio que ilustra esta foto. Es un palacio, el de Garci-Grande donde tiene su sede Caja Duero (bueno, como se llame ahora) en Salamanca. Y se preguntarán qué me lleva a ponerlo en estas páginas, y es sencillo. Vean la belleza propia de la concepción originaria del palacio y gócenla. Este año pueden, no como hace unos años en que estas gentes se gastaban un pastón para «embellecerlo» con espantajadas de todos los tipos. Pero vino la crisis, se acabó la pasta para estas chorradas y podemos disfrutar del lugar. Como ven amigos, no hay cosa sin lado positivo.
Bendita crisis
Si alguien se pregunta por la razón del titular de
esta noticia debería retrotraerse a años anteriores para poder
entenderlo. La Caja de Salamanca, luego de Salamanca y Soria, luego Caja
Duero (caga dero, dicen algunos) y próximamente Caja Incógnita decora
el palacio que constituye su sede con las más variopintas espantajadas
que mente humana pueda concebir. Eso sí, siempre grandes, muy grandes. Y
siempre caras, muy caras. Tanto que luego las reutilizan en las sedes
que dicha entidad tiene en otras ciudades (Burgos, Valladolid,
Zamora…)
El año pasado, por cuestiones de
Crisis (nótese la maýuscula) no pusieron nada, qué gusto, de verdad. Y
este año como la crisis no aminora pues han puesto lo mismo, nada, cosa
que muchos amantes de la arquitectura barroca les agradecemos.