Los ostentosos

Ostentar es uno de los pecados capitales de este país, incluso para aquellos a los que los pecados le quitan el sueño. Hacer gala de la riqueza, del poderío, es una forma como otra cualquiera de compensar la falta de confianza en uno mismo. Vean el «humilde belencito» que alguien -sin ánimo alguno de ostentación- ha montado en su balcón. No me acuerdo muy bien de en qué calle está hecha la foto, pero juraría que no lejos del Parque San Francisco en León.

Las figuras de los adultos, sin ánimo de ser preciso, juraría que andan por el metro de altura. Menos mal que no han puesto el ángel ni las bestias de cuatro patas, porque se tendrían haber apelotonado como japoneses en hora punta del metro. Aspirantes al premio de ostentación que quizá instaure la próxima temporada navideña. Si me acuerdo, claro.

Más papistas que el papa

Pues nada, que los fabricantes (o fabricantas) de luminarias navideñas se han apuntado a la modernidad solo a medias: sí que se hacen de LED cosa moderna donde las haya, pero no se leen los escritos de los papas (sin acento). Concretamente el emérito Benedicto XVI hace ya años que afirmó que en el portal de Belén ni buey ni mula. La friolera de 9 años en los que el acervo popular ha ignorado la opinión de tan excelso personaje, ninguneándole cual a predicador en desierto. Ilustra este comentario la luminaria instalada en la calle Zamora de Salamanca, nueva de este año, por lo que queda corroborado lo de «pasar» de lo que no interesa. Como los periódicos mismamente.

El gato triste

¿Cómo no va a estar triste el animalito?¡Pónganse en su lugar: de adorno, sin paja, sin luces! Vamos, una cruz (como la del punto de que están hechos los cojincitos monísimos del misterio. Como dijo aquella que me envió la foto: carne para el blog. Para eso hemos quedado, Miguelito. No alcanzo a entender el tono verdoso que estás tomando, no creo que sea de envidia.

El gato está tomando color verdoso y no creo que sea de envidia.

Misterio cutre, el estilo de moda

El estilo cutre de misterio que vimos en Béjar (Salamanca) parece que es el estilo de moda. Hoy lo hemos visto en Medina del Campo (Valladolid). La misma técnica de reciclaje de materiales, hecho deprisa y corriendo, la misma cutrería y pobre realización. La crisis no perdona, amigos.

Belén cutre en Medina del Campo
Belén cutre en Medina del Campo

La crisis

La crisis se nota en cada detalle de nuestras vidas. Fíjense en este «misterio» que han montado junto al ayuntamiento de Béjar. Una mirada detallada nos informa de que las figuras son de cartón, planas y pintadas con poco detalle. El niño debe tener unos 60 años mínimo y es una de esas esculturas tan del gusto de la posguerra. Luego, como colofón, los hombres-niño de musgo, tan del estilo beharahui que son dos maniquíes reciclados de algún comercio. Donación que sin duda el industrioso comerciante reflejará en sus cuentas en las que se desgravará un tanto por ciento de la donación. Los muñecos, no me he podido resistir a incluir detalles, están tuertos ambos sin asomo de vergüenza ni disimulo, uno del ojo izquierdo y otro del derecho. No hablaré de la necesidad de que las instituciones se desvinculen de las costumbres religiosas de los ciudadanos porque eso es cosa de otro siglo, que en el XXI en España estas cosas no las veremos.

Belén cutre en Béjar
Belén cutre en Béjar
Hombe niño de musgo
Hombe niño de musgo
Hombe niño de musgo
Hombe niño de musgo