Masacres

Si nos paramos a pensar en las consecuencias de nuestros actos nos encontramos con que, a nivel inmediato, la navidad provoca una serie de desastres de diversa índole, entre las que podemos enumerar:

  • Millones de toneladas de seres vivos masacrados (langostinos, gambas, percebes, angulas, cerdos, vieiras…)
  • Miles de pinos, abetos y «pascualas» arrancados y tirados a la basura días más tarde
  • Incontables árboles cortados y picados para hacer papel de regalo
  • Hectáreas de acebo y muérdago esquilmadas para nuestra «buena suerte»
  • Miles de perros, gatos y mascotas regalados que se abandonan en verano
  • Miríada de zorros, visones, armiños… despellejados para vestir a elegantes brujas

Campos de musgo arrancados de cuajo y bosques de alcornoque descortezados para los pestilentes belencitos

Pero no importa, nada importa, somos los malditos reyes de la creación, y el dios infame que dicen que nace en estas fechas nos colocó un cerebro tan sólo para poder memorizar los números de las tarjetitas de plástico. Igual es que a los que no nos gusta la navidad es sólo por un atavismo antisistema o igual es que nos duele el sufrimiento inútil de nuestro medio ambiente.