Y ahí va la despedida

En este país en el que ya tenemos dos reyes que hacen la magia de desaparecer todos los años un montón de billetes del contribuyente, la gente de la calle no tiene tanta alegría como los noticiarios económicos nos quieren hacer creer. Por el contrario, se ha perpetuado la crisis que es ahora nuestra nueva forma de vida, le guste o no le guste a la población. Esto hace que la imaginación y las soluciones de bajo coste hagan su aparición, como ya he comentado en algún post anterior. Vean este ejemplo de muñeco de nieve hecho con cajas vacías. No es que sea muy elegante, pero al menos decora sin pretensiones. ¿Alguien cree que si de verdad el dinero fluyese a chorros como lluvia de abril la gente decoraría de estas maneras?

(IMAGEN PERDIDA, LAMENTABLEMENTE)

Y con esto me despido de esta temporada caracterizada por la sequía de entradas en el blog. Espero que el año que viene se me ocurran más cosas.

Por poco dinero

Dice la gente que sabe, que ya no estamos en crisis. Que a partir de ahora, señores y señoras lectores y lectoras, esto es lo que hay. Que no se va a retornar a aquellos mundos de yupppies y grúas. Que se relajen ustedes y empiezen a disfrutar de lo que tienen (que con certeza no es poco si pueden leer estas líneas) y que empiecen de una buena vez a comportarse acorde a lo que hay sin esperar que las mejoras de la economía hagan de nuevo fluir ríos de leche y miel para el vulgo.

Dicho esto entro el cuerpo de la reflexión que no es otra que la admiración por la imaginación, la sorpresa por la cabezonería y la naúsea por lo manido. Todas las tres cosas tienen los propietarios de esta tienda de productos de peluquería para profesionales sita a pocos metros de donde el Baltasar mulato del comentario de ayer repartía sus tarjetitas. Admirable es la imaginación que se echa para decorar acorde a las circunstancias. Sorprendente la cabezonería en intentar a toda costa «decorar» la ciudad y llamar la atención de los viandantes. Y nauseabunda la estética manida y aburrida de la maldita navidad que vuelve insistente cada año.

Escaparate imaginativo de bajo coste hecho con globos.

Baltasar por necesidad

Mulato disfrazado de Baltasar

Si ustedes, como el que escribe, sienten vergüenza ajena cuando ven a gente vestida de algún tipo de bufón en esas pelis yanquis de navidad tan vomitivas, sabrán porque escribo esta entrada. Hoy he visto en la avenida de Mirat, en Salamanca, a un pobre muchacho mulato ataviado con un traje de fantasía dorado, tocado con turbante. Repartía algún tipo de publicidad, no sé de que negocio, con el gesto afable y la paciencia en ristre. ¿A qué hortera de «emprendedor» se le habrá ocurrido la original idea? ¿Pero no se habrá dado cuenta de que hay mejores maneras de hacer publicidad? ¿No se habrá parado a pensar ni un momento en la vejación que supone ese «puesto de trabajo»?

Hay, foto, se lo juro por San Baltasar, pero por problemas del servidor no soy capaz de subirla. Vuelvan por aquí cuando quieran que, en cuanto las condiciones tecnico-mentales lo permitan, pondré la fehaciente imagen bajo este texto.

Tienen huevos (o pelotas)

Y el título es literalmente cierto. En este escaparate de una tienda de lanas en la avenida de Portugal de Salamanca han realizado un misterio con el producto de la tienda. Muy imaginativo, simpático y de bajo coste. Llaman la atención a la baja, sin embargo, las figuras de los personajes parecen condones. Si, de esos de fantasía. Y en su interior las caritas son eso, huevos o pelotas. El efecto es cómico por demás, como pueden observar. Me queda la duda si la artista ha querido decir algo irreverente, enseñar alguna lección de rebeldía o, simplemente, no se ha enterado de la orgía.

Escaparate navideño con bolitas o huevos

Con esta publicación espero que termine la sequía (de agua y de entradas en este infame blog). He dicho.