Ahora que está caliente el tema, no me resisto a
mostrar una parte del megalómano belencito
hortero-charri-carpeto-vetónico con el que cada navidad los señores de
una casa sita en el Paseo de Canalejas de Salamanca nos deleitan. Entre
los engendros mecánicos existentes en semejante aberración
histórico-festiva se encuentra una pequeña plaza de toros de maestro
barrigudo y borrachín con torito rondón ensangrentado, demostración del
orgullo que algunos de los habitantes de estas vetustas tierras muestran
para con las asechanzas y escarnios de los astados animalitos. Pero
como el Hombre es el Rey de la Creación (nótese el uso de mayúsculas)
tiene derecho a éstas y otras salvajadas practicadas indistintamente con
bichos de inferior condición, sean de una o dos patas, blancos o
negros, indígenas o compadres.