El año nuevo, cualquiera, nos trae siempre las malas noticias de que suben los precios (todos) pero los salarios, los pobres, no. Y este año nuevo gracias a San Edward Snowden, entre otros benefactores de la humanidad nos enteramos este 2014 de que los salvadores de la humanidad, usease, los yanquis, han puesto puertas traseras para espiar hasta las máquinas de refrescos. Por supuesto no hay nada que temer ya que lo hacen por nuestro bien, como tener a los pobres inocentes en Guantánamo, invadir Irak o cualquier otra de las tropelías a que algunos dirigentes de ese país (y la mayoría de sus votantes) permiten que ocurra. ¡Y pensar que fueron en otra época los adalides de la libertad y la democracia.
En fin, que el 2014 se les dé bien, mejor que el infame 2013 que ya nos ha dejado.
Actualización: se perdió el enlace, por eso lo he quitado. Cosas de la red.