El niño-dios se apodera del protagonismo hasta anular al anfitrión.
Una imagen vale más que mis palabras
Sí, han leído bien. En este caso una imagen vale más que mis palabras y, quizá, también más de mil palabras. Que lo evalúe quien tenga ganas.
La foto esta de los niños jesusitos fue tomada en Nápoles, lugar donde las supercherías y creencias de diversos tipo conviven sin mayor problema en las mentes de las gentes. No sé si los jesusitos entran dentro de una o la otra categoría, me temo que hasta puede que en ambas. El caso es que están precedidos de una pegatina que indica que se puede pagar con cualquier medio de plástico, lo que me hizo reflexionar sobre lo mercantil de las figuritas y, por supuesto, de la navidad en la que justo se usa el jesusín para justificarlas.
Nota: que conste que en el momento que hice la foto, hace un par de meses, no andaba pensando en este blog, porque no pensaba recuperar el nombre. Pero ya ven uds. que «los caminos del señor son inescrutables».
El niño la bola
Espantajada encontrada en un escaparate y que parece la última moda en mierdangas navideñas. Un niñojesús metido en bola de cristal rellena de agua. Sólo superable por el horroroso pato coronado que lo escolta. Cada navidad parece que no se superará el límite de horterada de la anterio, pero parece que aún no se tocó fondo.