Vean qué trabajo de 10 horas se han currado según dice la página donde encontré esta foto. No tiene desperdicio. Patético (como poco) y ordinario hasta el horizonte y más allá. Lleven su imaginación hasta los momentos de la confección del engendro (¿estará la foto completa’) y si aún se atreven viajen hasta el momento de la retirada del mismo. Se puede completar el imaginario viaje imaginando la primera parte desde la punta del pincel y la segunda desde el punto de vista del sumidero.
Hala, a imaginar.