Es sabido que tenemos la insana costumbre de comer un montón de cosas en navidades que son, cuando menos, insanas. Un día es un día, pelillos a la mar con salud. Pero es que alguna de las cosas además de insanas son auténticas salvajadas, verbigracia: el foie-gras. Este artículo nos habla de que hay gente que ya ha llegado al límite de aguante con las «tradiciones» y se ha empezado a rebelar, en este caso con el hígado de oca hipertrofiado más conocido como foie-gras. Lean, lean y luego, si aún tienen estómago, vayan a comprar su racioncita de colesterol.
Hay que hacer notar que el tonto que lo redactó asigna la invención del croissant a los franceses cuando es bien sabido que el tal bollito es austríaco. Pese al lapsus, hace también hincapié en rebelarse contra esa nuestra «tradición» nacional bien castiza de torturar toros hasta la muerte. A ver si tomamos nota y algún día tengo que retirar el salvaje manjar de la lista de masacres que hay en este blog.