El gran engaño

¿Cómo no pensar que todo es mentira tras enterarse del fiasco del papa noel (santa claus)? El montaje social que se organiza para engañar a los niños es tremendo, reconozcámoslo. Todo esta urdido para engañarlos, pobres, este día y el de reyes. Todos los años la misma historia por las mismas fechas, y siempre la comento, qué le vamos a hacer.

En la foto el anuncio del evento en Béjar (Salamanca) que además estuvo aderezado, por si era poco, por la panda de moteros ruidosos dando el cante.

Como en un cuento

Otro motivo que con la navidad tiene que ver apenas aquello de las luces. En la plaza de España de Béjar lo encontré. Hasta acolchadito tiene el piso para lascivas actividades nocturnas. Faltan los ratones convertidos en caballitos para que se monte la cenicienta.

Trenes

Sin vías. Sin trenes al norte y al sur. Esa es la situación de Salamanca en la actualidad (y desde hace muuuuuchos años). Pues frente a la estación del tren (Vialia), en la plaza de Barcelona, hay una instalación navideña de un trenecito, muy luminoso, muy evocador, que hasta parece un vacile por aquello de ser de vapor. Un recordatorio de lo que hubo y no hay. Por supuesto ¿qué cojones tiene que ver un puto tren de vapor con la navidad?

Total por un «quítame allá esas pajas»…

Una plaza cerrada para que un montón de tipos (y tipas) vestidos con trapitos rojos y otros aditamentos navideños en sus aparatos productores de ruido. Si es que el que se aburre es porque quiere, leñe. Y el que se molesta también. Total, por un poco de ruido, un poco de olor a gasolina y una colección de horteras (moteras) y horteros (etc.) ¡como os ponéis!

Foto tomada en Béjar (Salamanca) hace un par de días.

Colorines y lucecitas

El caso es que haya algo que se relacione con la navidad, y nada mejor que las luces y los colores, como en esta tienda de la calle María Auxiliadora. Y si es inglés, mejor, que nadie como la cultura yanqui es capaz de encarnar mejor el espíritu de estas-fechas-tan-señaladas. La estética general queda a su criterio, abnegados visitantes.

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Sincretismos culturales

De toda la decoración de esta casa, que yo vea, no hay una sola referencia cultural de Pirineos al sur. Me temo que entre la tele y las redes sociales algún día confundiremos la bandera de Portugal con un papel de regalo y la de España con papel de empapelar.

Millones de iluminados

La pasión por la lucecita no conoce límites ni fronteras. El otro día en Toledo vi un camino de luces que coronaba el paso por el famoso puente sobre el Tajo. El puento no estaba iluminado más que una cobertura a modo de palio, o sea, lo bonito sin luz y luego miles de ellas para nada. En Salamanca, en uno de los laterales de la catedral nueva han hecho una cosa similar, la que les dejo en la foto -mala- de más abajo.

De la afamada serie «Yo la tengo más grande»

No sé si darle el primer premio, porque luego como dice una que yo me sé «la boca es lo más castiago» y lo mismo meto la pata. Pero desde luego en el palmarés de exageraciones estoy dudando si es «John Holmes» o «Nacho Vidal». Este es es aspecto de una casita de la carretera que va hacia el polígono de los Villares, desde Cabrerizos. Sí, las dos fotos son del mismo lugar. En la primera no entra todo pero se intuye. ¡Como no le cabía en casa lo ha puesto en la calle! Tiene güevos la cosa.

Sobre la mezcolanza de iconografías es mejor callarse o colocarle el famoso cartelito que aparecía en tiempos en ciertos productos de la teletienda «VISTO EN TV». Como ya no hay casa, pues… «VISTO EN y». Coloque el abnegado lector su red social favorita en el lugar de y.

Cintas rojas

El rojo debe provocar unas ganas compulsivas de comprar. De hecho yo cada vez que me pongo los calzoncillos rojos salgo a la calle con tarjeta de crédito (que por casualidad también es roja) a comprar, llevándola entre los dientes no sea que se me caiga de las manos al abrir las puertas. El otro día me dieron ganas de comprar este edificio tan mono de la calle Pozo Amarillo de Salamanca, pero luego de recapacitar un momento me di cuenta de que no me cabía en casa, así que lo dejé en su sitio.