La navidad es una cerdada

Y si no lo creen a pesar de ver la foto que ilustra la entrada, pueden darse una vuelta por los contenedores que rodean sus casas el día 25 de diciembre por la tarde. O el 1 de enero. O el el 6 de enero, cualquiera vale.

Imaginación, mensaje y elegancia

Estas tres son algunas de las características de la foto que acompaña esta entrada. Se trata de una decoración navideña (estilo nórdico) realizada por personal del Instituto Martaguisela de O Barco de Valdeorras (Orense). Y gastando poco más que imaginación y algo de tiempo. No es poco en los tiempos que corren.

El concurso

Pocas veces puede uno estar de acuerdo con lo que se lee en los artículos publicados en los periódicos digitales (on-line por anglicismo), pero créanme que este artículo del 20minutos que les cito en el que se desarrolla la idea de «a ver quién la tiene más grande» bien podría estar en esta página (blog por anglicismo) con derecho propio y firmado por el menda. Habría alguna gamberrada lingüística más y alguna alusión política menos, sin duda, pero el espíritu de fondo es el mismo que alienta cada año desde 2007 estas letras.

Gracias, Borja Terán, por tu mirada crítica. Cada vez mas aquiescencia y menos crítica. Así nos va, todos con la cabeza baja engullendo estupideces en telepantallas omnímodas y omnipresentes. Para cagarse.

Dios rogando…

Lo que se ve en la foto es uno de los belenes que hay en exposición hasta mañana en el centro cultural «El bodegón» en Béjar (Salamanca). En este bello paraje hay una leyenda sobre la reconquista del lugar a cargo de bejaranos que bajaron de la montaña al mando (y quizá idea) de un tal Pelay González, disfrazados de musgo. Ni que decir tiene que el evento se diluye entre la historia, el mito y la leyenda. El caso es que la tradición de los hombres de musgo ha llegado hasta nuestros días y el día del corpus (antes jueves, hoy domingo) salen varios lugareños ataviados de tal guisa acompañando el sarao que, dicho sea de paso, está declarado de interés turístico.

El belencito o misterio en cuestión que da vida a este comentario está hecho en honor y reclamo de esta tradición. Vean cómo los muñequitos van todos ataviados de musgo (niño dios incluido) y todos con su maza de musgo (niño dios incluido), así unos «A dios rogando y con el mazo dando» y otro, si son uds. «Dios con el mazo dando». Un vaticinio, quizá, de lo que nos ha rodeado y aún rodea, por desgracia.

Apertura sin alharacas ni aspavientos

Y no por falta de ganas, no crean, abnegados lectores. Ya a mediados de octubre tuve la «dicha» de contemplar cómo la navidad invadía con sus turroncitos y polvoroncitos las estanterías de algunos supermercados. A este paso en poco años no podré cerrar esta página por «fin de temporada» como vengo haciendo desde los inicios.

Y la verdad es que sí hay alguna alharaca. Concretamente ayer tarde -a insistencia de una amiga- bajamos a la plaza mayor de Salamanca donde, oh navitas navitatis, había unos señores moviendo animadamente un dragón blanco iluminado desde el interior mientras otro compañero acarreaba un carrlto con altavoces, amplificador y un pequeño grupo elecrógeno para alimentarlos. Todo un espectáculo que no sé qué cojones tendrás que ver con la navidad, pero bueno. Siempre es interesante ver que el destrozo de tradiciones por equipos de gobierno locales que en otros campos (verbigracia el taurino) tanto defienden a capa y espada (nunca mejor dicho).

En fin, quede inaugurada la temporada 2023-2024 de sufrimientos navideños de diversas índoles.

Queda inaugurada, pues, la temporad

Hala, a gastar a gastar que el mundo se va a acabar (por tanto gastar).

Nota: No hay foto ya que llegamos justo cuando el dragón abandonaba el ágora salmantino.