No crean los pocos visitantes que por aquí aparecen que este año me he olvidado del blog. En absoluto. De hecho ya se me cayó la mandíbula cuando a final de septiembre o inicio de octubre vi los turrones, polvorones y otras mandangas navideñas en los supermercados. A este paso se nos va a juntar el inicio con el final y nos va a durar la puta navidad todo el santo año.
Aquí les dejo la muestra de un balcón de Badalona en el que el vecino ha hecho su decoración navideña con un invento nuevo a nivel doméstico: la cortina de luces que va cambiando con una animación ad hoc. Vivir para ver.
