Campar a mis anchas

La foto que ilustra este comentario podría estar hecha en casi cualquier parte del país. Intentando no mirar las ideologías y creencias de los vecinos (con esfuerzo se puede hacer), verán que detrás del rey mago negro de cartón hay un altavoz de no desdeñables dimensiones que, claro, estaba escupiendo villancicos a todo volumen. Y es que como dice mi amigo Miguel «El problema de esta ciudad (pueblo, villa…) es que todo el mundo va a lo suyo, menos yo, que voy a lo mío».

Hala, campeen a sus anchas, que no pasa nada.

Balcones navideños, uno con altavoz incorporado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *