Cada año la decoración de la plaza mayor de Salamanca es mayor. Si hace unos años el «regalito» ya llamaba la atención, no se queda atrás el nuevo elemento decorativo, una campana gorda, pero gorda gorda. La altura debe andar por los doce metros y, consideraciones estéticas aparte, llama la atención el descomunal tamaño que tiene el invento. A este paso dentro de poco la decoración será tan grande y tan alta que no cabrá en la plaza y tendrá que colocarse en el exterior y cubrirá la plaza completa. Así se podrá apreciar la belleza del monumento que se empeñan, año tras año, en intentar mejorar con nulo resultado: la plaza no necesita embellecerse y menos con mostrencos luminosos.