Las tripas del engendro

Si el «regalito» luminoso que decora la plaza mayor de Salamanca este año es espantoso por la noche, no vean uds. -o mejor dicho vean uds.- lo horrible que es de día. Como no están encendidas las lucecitas (aunque lo estuviesen no se apreciaría) queda a la vista el entramado metálico que sustenta el chisme y sus diferentes partes. Sin duda alguna un gran elemento decorativo del que el propio Churriguera estaría orgulloso y, quizá, incorporaría «de serie» (que se dice ahora), un armatoste similar en cada nueva construcción. Al fin y al cabo los arquitectos de estas últimas décadas tienen un gusto similarmente espantoso, así que no me extrañaría ni un pelito.

Engendro luminoso de la plaza mayor de Salamanca visto de día

Ya pondré a su disposición una foto del cacharro encendido para que se vea cómo se puede malograr una obra de arte. Me atrevo a pensar que hasta «La gioconda» con un marco de plástico verde chillón, por poner un caso, entraría dentro de los ejemplos similares.