A miles

No me refiero a los imbéciles que circulamos por las calles mirando las pantallas pasmados y moviendo los dedos índices o pulgares como posesos. No. Ni a las miríadas de estúpidos que pueblan los cines comiendo palomitas y sorbiendo aguas negras azucaradas. Tampoco.

En este caso -y en este blog- hablo de la puta navidad y sus tropelías. Una de ellas la lumínica que, hace ya años, cambió las bombillitas de incadescencia por los más modernos y eficientes diodos electroluminiscentes más conocidos por su acróstico -en inglés, claro- LED. Como consumen tan poquito, se estropean/funden tan poquito -ejem- y son tan baratitos pues hala, a colocar lucecitas a millones por el ancho y largo del planeta. Así que de ahorrar energía nada, porque donde antes había -por decir algo- 10 luces de 1 watio ahora tenemos 1000 de 10 miliwatios (=10 watios). En román paladino significa que hemos dividido el consumo de cada luz para aumentar el consumo total al menos en 10 veces echando cuentas gordas. Y eso todo para fomentar el consumo desaforado de estas fechas en cosas inútiles.

Así nos va a ir en el futuro, amiguetes, porque recuerden el refranero «días de mucho vísperas de nada». Pues hala «a gastar, a gastar que el mundo se va a acabar» decía una vieja amiga.

Patio chico y alrededores (II)

Justo al lado del horrible regalo de la Caja Rural visto en la entrada anterior hay una serie de curiosas instalaciones lumínicas que merece la pena comentar y, por romper la costumbre, no las pondremos a bajar de un burro.

Hay un prado con arbolitos falsos iluminados, animalitos de algún tipo de plástico iluminados e irisdiscentes (casi más bonitos de día que de noche). ¡Con lo bonitos que son los naturales, joder, siempre con réplicas artificiales!

Una valla rodea un campito de formas entre huevo y alubia, plateadas de día e iluminadas desde el interior de noche, muy monas, cuyas bases son resortes. Tienen un cierto parecido con los huevos de «Alien, el 8º pasajero» pero en este caso los monstruos no están dentro sino fuera corriendo desaforados. Los críos van zarandeándolas mientras corren de un lado a otro emocionados con el espectáculo. Los padres se emocionan con el espectáculo de los críos, los abuelos con las dos generaciones, etc. Conmovedor.

Me ha sorprendido la urbanidad del público diurno que ha respetado estas instalaciones. Bueno, igual es que el control orwelliano de las cámaras situadas hasta en la taza del wc empieza a tener acojonados incluso a los probos ciudadanos atacados por los etílicos vapores que hacen el frío charro más llevadero.

Aquí dejo alguna foto más para ilustrar los comentarios que -como se puede observar- no siempre son venenosas reacciones de este que escribe.

Geoda y estrella del patio chico y alrededores
Campo de huevos tipo Alien del patio chico y alrededores

Patio chico y alrededores (I)

El patio chico era una deliciosa placita, tranquila, apacible, un remanso de paz en la vorágina turística de Salamanca. Era, antes de que lo llenasen de luces y engendros que atraen a tal masa de gentes que han obligado a colocar un laberinto de acceso a otro de los anteriormente lindos y quasi-pacíficos lugares, el huerto de Calixto y Melibea.

Pero vayamos por partes, que hay navidad para rato todavía. De momento les muestro en la imagen el «regalo» que la Caja Rural ha hecho a la ciudad y colocado en el que el resto del año es ese bello lugar llamado patio chico. Como marco tiene «la criatura» a las dos catedrales. No tengo palabras para juzgar el atentado estético. Miento, sí las tengo pero mejor me las callo.

This photo is taken by AllWinner’s v3-sdv

No es una broma

En la foto se aprecia -desde la acera- cómo los técnicos municipales salmantinos han colocado una guirnalda navideña delante de un semáforo, tapando la parte superior. Se encuentra en la avenida de Portugal junto al cruce con Torres Villarroel.

Desde el asiento del conductor la cosa es peor porque la cubre totalmente. Esperemos que no tal instalación no provoque ningún accidente de circulación.

No hay quien se resista

En la foto aparece Ruth, una amiga extremeña -diseñadora y amante del mundo del motor- delante de la decoración navideña de su hogar salmantino. No ha podido resistirse a la ordinariez y espíritu consumista reinante, como se puede apreciar.

Hay gente pa tó, pero cada vez los «tós» son más uniformes. Cosas de red.

Moderneces

El vecino del láser en Torres Villarroel es el único de la calle que ha hecho semejante decoración. Menos mal, si hubiese una docena no habría ni estorninos y ni necesidad de discotecas. Eso sí, habría que llevar gafas de sol sobre todo de noche.

Laser en balcón de Torres Villarroel

Otro miembro del club

El otro día encontré, tras las indicaciones de una amiga, otro miembro del club de odiantes de la navidad. Se trata del bar-cafetería-restaurante «Limón serrano» de Salamanca, en la vidriera-escaparate el dibujillo de felicitación se encuentra tachado, mostrando a quien quiera leer «FELIZ NAVIDAD» y también «PUTA NAVIDAD». No se trata de una gamberrada, pues en el otro lateral hay un santaclaus al que le han pintado un chorro de pis sorprendentemente parecido en el efecto al logotipo que decora el inicio de estas páginas desde hace casi década y media.

Quede esta entrada en las páginas como el colofón a esta temporada. Cerramos pues el grifo de chorradas hasta que una nueva temporada nos haga rechinar los dientes. Salud -que falta hace- mientras tanto.

Rebelión de los dineros

En realidad de los vendedores de ilusiones y, por ende, recaudadores de impuestos voluntarios: los loteros. Y las loteras, que hay pa’ todos y pa’ tadas.

Resulta que los vendedores de lotería dicen que ganan poco y que hace años que no les suben las comisiones. Analicemos la primera parte, que ganan poco. Será en algunos casos, porque en otros como en la plaza del Liceo de Salamanca la colas llegan a tener centenares de metros -por la Covid son mayores, sí- pero sigamos con el razonamiento. Si cada persona compra un solo décimo y la comisión por venta es de 0,8 € y el tiempo medio de despacho es de 1 minuto (pesadas aparte), el precio de la hora de trabajo es 60×0,8=48 euritos. Ya quisieran muchos en este santo país en el que el salario mínimo de 32,17 € en 8 horas (ya quisieran muchos también) 32.17/8= 4,02€. Las empleadas de hogar -siempre según esta página– la tienen fijada en algo cercano a 7 euros.

Así que de ganar poco, nada de nada, al menos en estas fechas a pesar de que, bien cierto es, no todas las horas ni todas las fechas son de ventas tan espectaculares. Por cerca de Doña Manolita, en Madrid, pasé hace un par de años tenían contratado un guardia de seguridad para controlar la fila, díganme uds. cuántas fruterías o incluso cuántas joyerías han visto con guarda de seguridad controlado las afluencias de personal.

Y luego está aquello de «tenemos congelados los porcentajes» que es una mendaz manera de enmascarar la realidad, porque resulta que también llevan comisión de los premios. Es cierto que el porcentaje no ha aumentado, sí lo ha hecho la cantidad del premio que se dobló en 2011, como lo atestigua esta página de la Wikipedia. Es decir que siguen cobrando lo mismo que hace 10 años es cierto, pero que desde el 2000 ha pasado el premio de 3.000.000 (180.000 €) hasta los 400.000 de ahora. Me temo que los sueldos del los españoles no se han multiplicado por casi 2,5.

Como demostración fehaciente de lo dicho está el hecho de que aún no he visto cerrar ninguna administración de lotería por quiebra. Al contrario, he visto abrir muchas nuevas que se mantienen, indicio claro de que no es mal negocio. Eso sí, ya se sabe lo que dice el tango Cambalache: «el que no llora no mama y el no afana es un gil». De ambos tipos tenemos sobrados ejemplos en este país aunque algunos se hayan ido para no llamar la atención.

La foto que ilustra el comentario fue publicada en esta noticia, y para los que no conozcan la ciudad les diré que hasta la administración de lotería aún queda otro tanto y medio como el que se ve en la foto.

Más papistas que el papa

Pues nada, que los fabricantes (o fabricantas) de luminarias navideñas se han apuntado a la modernidad solo a medias: sí que se hacen de LED cosa moderna donde las haya, pero no se leen los escritos de los papas (sin acento). Concretamente el emérito Benedicto XVI hace ya años que afirmó que en el portal de Belén ni buey ni mula. La friolera de 9 años en los que el acervo popular ha ignorado la opinión de tan excelso personaje, ninguneándole cual a predicador en desierto. Ilustra este comentario la luminaria instalada en la calle Zamora de Salamanca, nueva de este año, por lo que queda corroborado lo de «pasar» de lo que no interesa. Como los periódicos mismamente.