En elcorteinglé de Salamanca

Con tal de atraer público a la tienda se hace cualquier cosa, como la que ayer me encontré junto al Corte Inglés de Salamanca. Había un enjambre de niños y adultos alrededor de no-sé-qué atracción en las puertas, no me atreví a acercarme, pero en el lateral se estaba preparando el siguiente espectáculo, el de la foto -desafortunada lo reconozco- que pueden ver más abajo: un globo aerostático con ruedas y lucecitas pilotado por unas chicas ataviadas en colores verde y rojo con aspecto de enanitas del bosque (gnomos o gnomas, si quieren). Vamos que ni niño dios, ni reyes, ni pastores, ni renos, ni carros, ni gordos barbudos, ni nieve, ni acebos, ni abetos, etc. Ah, pero como tiene luces y colores verde y negro queda disculpada la absoluta ausencia de motivos navideños de la tradición judeo-cristiana o nórdica.

Da igual, es para una buena causa: engañar niños (y engatusar compradores).

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Llámenme iconoclasta…

… solo si no perciben la sutil ironía que el afán de innovación, el ansia mercantil y el uso de la tradición navideña ha conseguido en este producto.

Por si no se viese la foto aclararé que se trata de unas velas que se encontraban a la venta en la feria «Eco-raya» (Eco-raia» en versión portuguesa) que se celebró hace pocas fechas en Salamanca. La empresa de explotación apícola que tenía este puesto había colocado unas velas como muestra de lo que se puede llegar a hacer con los productos de las abejas. En este caso con la cera que, en estos tiempos que corren de electrificación masiva, en su uso como velas lo menos importante viene siendo que puedan arder.

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Por eso los diferentes modelos de vela eran imaginativos: un osito, una oveja, unos hexágonos y, hemos llegado, una escultura que incluía el sanjosé con capa y sosteniendo un farol y la virgen sosteniendo al niño dios. De la cabeza del capado -el de la capa, entiéndase- la mecha amenazaba e instruía al uso de la escultura: arder e iluminar. Lo de la iluminación como uso masivo en estas fechas de cortos días está explicado y justificado, la costumbre de animar al sol a su nuevo nacimiento es más antigua -dicen los estudiosos- que los más ancianos textos de la biblia.

Me ronda la cabeza un recuerdo, el de una pintada que hace años decoraba una valla junto a la carretera de Guadarrama -Madrid- y que decía «la única iglesia que ilumina es la que arde». Juntando vela y recuerdo saldría aquello de «la única vela que ilumina es la que arde» pero como es algo iconoclasta vista la reflexión anterior, no seguiremos por ese camino.

No hay quien se resista

En la foto aparece Ruth, una amiga extremeña -diseñadora y amante del mundo del motor- delante de la decoración navideña de su hogar salmantino una decoración navideña. No ha podido resistirse a la ordinariez y espíritu consumista reinante, como se puede apreciar, y me envía esta foto con corazoncito en el gesto y todo. ¡Conmovedor!

Hay gente pa tó, pero cada vez los «tós» son más uniformes. Cosas de red.

Actualización mayo 2025: La navidad me persigue hasta estas fechas, como ven. He cambiado el texto indicando que la casa fotografiada no era suya y añadido un poco más del veneno y mala leche que ya voy acumulando para cuando llegue fin de año.

Cartagenera

Decoración de una plaza de Cartagena (Murcia) llena de plantitas -muy monas, muy coloridas- y de unos muñecos que intentan arduamente -sin acercarse a conseguirlo- imitar a los de nieve. Quizá sería recomendable que los decoradores del ayuntamiento visitasen alguna vez lugares donde nieva y hagan algún muñeco con objeto de ver qué aspecto tienen.

Espectáculo en marcha: cortina de luces

No crean los pocos visitantes que por aquí aparecen que este año me he olvidado del blog. En absoluto. De hecho ya se me cayó la mandíbula cuando a final de septiembre o inicio de octubre vi los turrones, polvorones y otras mandangas navideñas en los supermercados. A este paso se nos va a juntar el inicio con el final y nos va a durar la puta navidad todo el santo año.

Aquí les dejo la muestra de un balcón de Badalona en el que el vecino ha hecho su decoración navideña con un invento nuevo a nivel doméstico: la cortina de luces que va cambiando con una animación ad hoc. Vivir para ver.

balcón con cortina animada de luces led

Tras la orgía consumista

Este es el aspecto que ofrecía hoy una calle al azar de Salamanca tras la gran farsa de engaño a los tiernos infantes y la orgía consumista que se engancha con la de las rebajas, de los enamorados, semana santa, día de la madre…

No aprenderemos.

El final de la tortura navideña

Tras el gran engaño mundial de los adultos para con los inocentes establecido desde el más alto nivel (televisiones, radios, periódicos on y off line, cadenas de supermercados…) hasta los más familiares (y no por eso menos dañinos) se puede decir que ya termina por esta temporada la tortura y dispendio sin límites ni razón. Costumbres heredadas que se niegan a ser sustituidas por otras más humanas y civilizadas, más conscientes y ecológicas. Pero dejemos la filosofía barata de web de tercera (esta lo es sin duda) para recordar y aprender algo ya que estamos metidos en ello.

La página «La palabra del día» dirigida hace tres décadas por el argentino Ricardo Soca envía regularmente correos informando de temas relacionados con el lenguaje. Suele venir cada uno con una explicación de una palabra, origen, significado y algunas curiosidades. A pesar de un sempiterno gusto por el vilipendio a la RAE y un cierto tufillo anti-español, en general los textos son bastante jugosos y escuetos. En este enlace les dejo el correspondiente a la palabra «Navidad» en la que podrán reconocer alguna de las ideas que he ido vomitando en estas páginas.

Ordinarieces mil

Vean qué trabajo de 10 horas se han currado según dice la página donde encontré esta foto. No tiene desperdicio. Patético (como poco) y ordinario hasta el horizonte y más allá. Lleven su imaginación hasta los momentos de la confección del engendro (¿estará la foto completa’) y si aún se atreven viajen hasta el momento de la retirada del mismo. Se puede completar el imaginario viaje imaginando la primera parte desde la punta del pincel y la segunda desde el punto de vista del sumidero.

Hala, a imaginar.

Anacronismos

No hay instalación belenística que no contenga algún error de tomo y lomo. El lomo no de cerdo, claro, o sí. Cada año encuentro algún errorcillo histórico en los belenes que se monta por ahí el personal. El caso que hoy nos ocupa se encuentra en una instalación de unos 200m2 en la iglesia de «El salvador» de Béjar donde el personal ha colocado un monísimo huertito de tiempos de Xto que contiene patatas, pimientos y naranjas. Concedamos la existencia de las naranjas en aquello lares en aquellos tiempos (dudosa, improbable) pero señores ¡patatas y pimientos! que no salieron de américa hacia estas tierras hasta 16 siglos después, es un poquitín forzado. Al menos no han colocado tomates ni cerdos, dos errores bien habituales.

Y un poquito más allá, en otro diorama, vemos a unos vendedores majísimos, uno de los cuales se dedica al tráfico de peces para peceras que vienen guardaditos los pobres en unas bolsas de plástico mientras terminan sus días en los fanales de cristal. Ni el plástico ni el cristal eran de aquellos tiempos y los peces probablemente terminaban sus días en alguna sartén. Hay que destacar, no obstante, que la confección general del conjunto hace muy entretenido saltar entre las gentes que acuden a verlo, que no son pocas.