«La ilusión» versus «La realidad»

Demostración práctica y tangible del mundo que nos rodea, dicho de otro modo, la ilusión confrontada a la realidad

He aquí la ilusión

Pretendido buzón de Correos para recibir las cartas para los reyes magos.

y aquí la trastienda que nos muestra la cruda realidad

El cajón que, presumiblemente, irá al contenedor.

Traducido a una máxima del que fue Luis A. García (hoy Ernesto Laguna Verdana): «Dios no existe, son los padres».

Ahora que lo pienso también refleja fielmente el mundo que el transmutado arriba mencionado se ha creado: el se cree una ilusión (como todos) que la tozuda realidad se empeña en refutar. Así es la vida, amiguetes.

Otras tierras, otros usos

En diferentes husos hay diversos usos y costumbres. En este mismo huso (mal compartido a lo que dicen) está Italia en la que los regalos no los trae ni un viejo barbudo y barrigudo ni unos reyes, sino algo más prosaico: La befana. Lean e instrúyanse, transmitan estos conocimientos a sus vástagos, hagan de la cultura y el estudio una fiesta. Y sobre todo déjense de andar engañando tiernas criaturas, que está feo feo. Tango más feo cuanto más tiernas e inocentes.

El caso es vender

Desde luego es que los medios de comunicación producen arcadas. Las producían en siglos pasados y siguen haciéndolo en este, a pesar de que los de papel están en franca extinción, sus costumbres y vicios han sido heredados por los digitales. Es el caso de esta noticia rancia, añeja, que lo fue hace ¡16 años, joder! pero como no debe haber nada mejor que publicar pues ¡hala! a revivir cadáveres. Todo por los clic que son los que mandan, los que hacen que los publicistas paguen y, no nos engañemos, al fin y al cabo eso es lo que importa, leche.

Viajar siempre es bueno

Al menos para ver cosas que en el país propio están mal consideradas y/o perseguidas por aquello de «el insulto a las creencias ajenas». Si quieren ver un portalillo hecho con animales, concretamente con perros, tendrán que ir a México. Aquí podría estar mal visto que al padre le tratasen de perro, mucho más -sin duda- a la madre (peculiaridades históricas del idioma) y no digamos ya al niño dios. No se salvaría ni el ángel, por supuesto. Si esto hubiese ocurrido en nuestras hispanas tierras, «reserva espiritual de Europa» que dijo Pedro Ruiz en los 70, si esto digo, se hubiese desarrollado en nuestra piel de toro, de seguro que ya habría un auto judicial encima de alguna mesa.

Hemos perdido el sentido del humor y lo que es peor, perseguimos la imaginación como en tiempos de la Inquisición, aunque hay que reconocer que no hay olor a chamusquina, lo que es de agradecer.

Les dejo una captura de pantalla de la noticia por si tienen el dedo vago y no quieren leer la noticia.

Añoranzas mojigatas en el siglo XXI

No me puedo resistir a sacar de entre las cenizas del año una noticia que tuvo su origen en 2020 pero que siguió coleando en este 21. Se trata de unos mensajes que incluyó una señora en su cuenta de Twitter en el que se veía la pintura hiperrealista de un parto que simulaba ser el del famoso niño dios (que no nació en estas fechas, pero bueno, busquen busquen por ahí). El caso es que como se trataba de una imagen cruenta del parto, con carne de piernas, sangre de placenta y demás, pues algunas almas de este santuario de la fe católico-apostólico-romana se vieron vejadas e insultadas, tampoco hay para tanto, con lo que les gusta el morbo de la sangre en los suplicios de su dios en las celebraciones anuales.

¡Si es que no se les puede sacar de las postalitas de Ferrándiz, coño! Con perdón de la expresión.

La aventura siguió en dos lugares: el propio Twitter y la fiscalía, pues la mojigatería timorata denunció a la que aprovechaba la situación y fechas para arrimar el ascua a su sardina (sin segundas). Tras unos días, pocos a decir verdad tratándose de la justicia en este santo país (sin segundas) desestimaron el caso. Llama la atención la lectura de algunos de los comentarios en la red social azuzando a la chica para que haga lo propio con el profeta Mahoma. Y lo hacen a mala leche, muy mala, sabiendo que los radicales islámicos no perdonan estas cosas y se dedican a la carnicería por bien poco. Dicho de otro modo, como los radicales cristianos no se atreven, azuzan a la muchacha a que se lance a las fauces de los otros. Hay que ser mala persona, la verdad, para desear estas cosas. Menos mal que se trata de una religión que promueve el amor al prójimo, que sino no sé qué sería de nosotros.

Pues aquí quedan para la historia los enlaces al Twitter y a la noticia del chasco que se habrán llevado los denunciantes cuando la propia fiscalía (que de liberal y tolerante no suele hacer gala) les haya echado agua al fuego. Y la foto del cuadro, claro, porque a veces la memoria de la red es flaca.

Rebelión de los dineros

En realidad de los vendedores de ilusiones y, por ende, recaudadores de impuestos voluntarios: los loteros. Y las loteras, que hay pa’ todos y pa’ tadas.

Resulta que los vendedores de lotería dicen que ganan poco y que hace años que no les suben las comisiones. Analicemos la primera parte, que ganan poco. Será en algunos casos, porque en otros como en la plaza del Liceo de Salamanca la colas llegan a tener centenares de metros -por la Covid son mayores, sí- pero sigamos con el razonamiento. Si cada persona compra un solo décimo y la comisión por venta es de 0,8 € y el tiempo medio de despacho es de 1 minuto (pesadas aparte), el precio de la hora de trabajo es 60×0,8=48 euritos. Ya quisieran muchos en este santo país en el que el salario mínimo de 32,17 € en 8 horas (ya quisieran muchos también) 32.17/8= 4,02€. Las empleadas de hogar -siempre según esta página– la tienen fijada en algo cercano a 7 euros.

Así que de ganar poco, nada de nada, al menos en estas fechas a pesar de que, bien cierto es, no todas las horas ni todas las fechas son de ventas tan espectaculares. Por cerca de Doña Manolita, en Madrid, pasé hace un par de años tenían contratado un guardia de seguridad para controlar la fila, díganme uds. cuántas fruterías o incluso cuántas joyerías han visto con guarda de seguridad controlado las afluencias de personal.

Y luego está aquello de «tenemos congelados los porcentajes» que es una mendaz manera de enmascarar la realidad, porque resulta que también llevan comisión de los premios. Es cierto que el porcentaje no ha aumentado, sí lo ha hecho la cantidad del premio que se dobló en 2011, como lo atestigua esta página de la Wikipedia. Es decir que siguen cobrando lo mismo que hace 10 años es cierto, pero que desde el 2000 ha pasado el premio de 3.000.000 (180.000 €) hasta los 400.000 de ahora. Me temo que los sueldos del los españoles no se han multiplicado por casi 2,5.

Como demostración fehaciente de lo dicho está el hecho de que aún no he visto cerrar ninguna administración de lotería por quiebra. Al contrario, he visto abrir muchas nuevas que se mantienen, indicio claro de que no es mal negocio. Eso sí, ya se sabe lo que dice el tango Cambalache: «el que no llora no mama y el no afana es un gil». De ambos tipos tenemos sobrados ejemplos en este país aunque algunos se hayan ido para no llamar la atención.

La foto que ilustra el comentario fue publicada en esta noticia, y para los que no conozcan la ciudad les diré que hasta la administración de lotería aún queda otro tanto y medio como el que se ve en la foto.

Efecto cadena

A los economistas se les llenan boca y ecuaciones con la teoría de que el mercado está regulado por la oferta y la demanda. Sin meternos en charcos técnicos -de los que somos legos- aceptemos esa teoría que viene a decir que cuando la demanda es grande los precios del producto o servicio aumentan. Lo sufrimos y comprobamos, por ejemplo, con el precio del besugo, de los patés o de los vinos. Y en algo en lo que no reparamos pero que también es muy propio de estas fechas: la electricidad.

Resulta que todas las ciudades y pueblos de este país (y hogares, claro) adornan sus calles con millones de lucecitas que, por poco que consuman, lo hacen. Se alimentan las dichas luces de electricidad y con esa demanda adicional de muchos cientos de horas en muchos miles de lugares hacen subir el precio de la electricidad. Así que ya lo saben, antes de seguir quejándose de que si el gobierno arriba o abajo, que si el oligopolio eléctrico abajo o arriba, etc, quéjense también de toda esa parafernalia luminosa cuyo objeto hoy no es más que «animar al consumo» como antaño lo fue «animar al sol».

¡Como no será la cosa que hasta los yanquis -pueblo derrochón por antonomasia- hacen alusión a nuestros despilfarros navideños gallegos y sus 11.000.000 de LED! No el la única ciudad, no, hay muchas otras. Lean, lean.

Vergüenzas navideñas

Es sabido que tenemos la insana costumbre de comer un montón de cosas en navidades que son, cuando menos, insanas. Un día es un día, pelillos a la mar con salud. Pero es que alguna de las cosas además de insanas son auténticas salvajadas, verbigracia: el foie-gras. Este artículo nos habla de que hay gente que ya ha llegado al límite de aguante con las «tradiciones» y se ha empezado a rebelar, en este caso con el hígado de oca hipertrofiado más conocido como foie-gras. Lean, lean y luego, si aún tienen estómago, vayan a comprar su racioncita de colesterol.

Hay que hacer notar que el tonto que lo redactó asigna la invención del croissant a los franceses cuando es bien sabido que el tal bollito es austríaco. Pese al lapsus, hace también hincapié en rebelarse contra esa nuestra «tradición» nacional bien castiza de torturar toros hasta la muerte. A ver si tomamos nota y algún día tengo que retirar el salvaje manjar de la lista de masacres que hay en este blog.

Más papistas que el papa

Pues nada, que los fabricantes (o fabricantas) de luminarias navideñas se han apuntado a la modernidad solo a medias: sí que se hacen de LED cosa moderna donde las haya, pero no se leen los escritos de los papas (sin acento). Concretamente el emérito Benedicto XVI hace ya años que afirmó que en el portal de Belén ni buey ni mula. La friolera de 9 años en los que el acervo popular ha ignorado la opinión de tan excelso personaje, ninguneándole cual a predicador en desierto. Ilustra este comentario la luminaria instalada en la calle Zamora de Salamanca, nueva de este año, por lo que queda corroborado lo de «pasar» de lo que no interesa. Como los periódicos mismamente.

Actualización del portalillo: siglo XXI

Si la leyenda del nacimiento del niño dios se situase en estos tiempos, no habría nacido en un pesebre rodeado de paja, mulas y (quizá) animalejos de labor. Habría nacido, sin duda, en un garaje, rodeado de piezas, aceite y olor a combustible. Tal vez por eso algún ciudadano de la calle Volta (creo) de Salamanca, ha decidido poner la estrella anunciado el excelso lugar. Falta que lo abra a ver si en el interior se contiene el famoso «misterio» con que muchos habitantes de este nuestro país decoran.