Llámenme iconoclasta…

… solo si no perciben la sutil ironía que el afán de innovación, el ansia mercantil y el uso de la tradición navideña ha conseguido en este producto.

Por si no se viese la foto aclararé que se trata de unas velas que se encontraban a la venta en la feria «Eco-raya» (Eco-raia» en versión portuguesa) que se celebró hace pocas fechas en Salamanca. La empresa de explotación apícola que tenía este puesto había colocado unas velas como muestra de lo que se puede llegar a hacer con los productos de las abejas. En este caso con la cera que, en estos tiempos que corren de electrificación masiva, en su uso como velas lo menos importante viene siendo que puedan arder.

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Por eso los diferentes modelos de vela eran imaginativos: un osito, una oveja, unos hexágonos y, hemos llegado, una escultura que incluía el sanjosé con capa y sosteniendo un farol y la virgen sosteniendo al niño dios. De la cabeza del capado -el de la capa, entiéndase- la mecha amenazaba e instruía al uso de la escultura: arder e iluminar. Lo de la iluminación como uso masivo en estas fechas de cortos días está explicado y justificado, la costumbre de animar al sol a su nuevo nacimiento es más antigua -dicen los estudiosos- que los más ancianos textos de la biblia.

Me ronda la cabeza un recuerdo, el de una pintada que hace años decoraba una valla junto a la carretera de Guadarrama -Madrid- y que decía «la única iglesia que ilumina es la que arde». Juntando vela y recuerdo saldría aquello de «la única vela que ilumina es la que arde» pero como es algo iconoclasta vista la reflexión anterior, no seguiremos por ese camino.

Hoy no se cree

Oggi non si fa credenza - Hoy no se cree - Amalfi (Italia)
Oggi non si fa credenza – Hoy no se cree – Amalfi (Italia)

La foto superior no está hecha en navidad, sino en pleno mes de octubre, en Amalfi, bello pueblo italiano por desgracia masificado por el turismo.

Si el turista ocasional continúa por la calle principal durante unos 500 o 600 metros, encontrará la entrada a la via capuano, donde -si la memoria no me falla- está hecha la fotografía. El desastroso belén que mezcla tradición cristiana con elementos puramente paganos, se encuentra en el agujero de una pared, literalmente. Tiene hasta lucecitas, quizá las enciendan en estas fechas, pero conociendo a los chapuzas de los italianos, lo dudo mucho.

En el dintel superior del agujero hay una inscripción más que curiosa: Oggi non si fa credenza, hoy no se cree. Vaya ud. a saber la intención del «artista» al construir el belencito y colocar la tal inscripción.

Feliz cantidad

Interesante pintada con plantilla (stencil en la jerga de los pintores callejeros) que llevaba en la pared mucho tiempo esperando a que yo pasase con la cámara en ristre.

Pintada FELIZ CANTIDAD
Pintada FELIZ CANTIDAD

Feliz falsedad

Somos muchos los que pensamos que la navidad es falsedad, hipocresía y cinismo llevado a extremos de abyección. Algunos simplemente esperan que pasen estas-fechas-tan-señaladas, otros despotricamos en la red como entretenimiento y catarsis y algunos salen a la calle con sus vaporizadores de pintura a que la ciudad sepa lo que opinan. Es, quizá, el caso más elevado de odio a la navidad, el más motivado.

Pintada Feliz Falsedad
Pintada Feliz Falsedad

¡Gracias, amigo desconocido, por tu valiente testimonio!

El fin, por fin

Díganme ustedes si no merece la pena llevar siempre una mierda-cámara de fotos encima. Como se puede observar en la pintada filosófica que nos ocupa TODO TIENE UN FINAL MENOS EL SALCHICHÓN QUE TIENE DOS. Algún listillo ya estará pensando que el chorizo también. PUES NO. En «este país» los chorizos tienen dos características, majetes, son incontables e infinitos (al menos de momento, yo no veo el final de los chorizos).

Pintada "todo tiene un final menos el salchichón que tiene dos"
Pintada «todo tiene un final menos el salchichón que tiene dos»

Papá Nöel no existe

La fotografía adjunta parece decir esto. En realidad no está muy claro porque quizá algo sorprendió al grafitero/a en plena tarea. Ya se sabe que los nervios traicionan en el peor momento. Queda patente, sin duda alguna, la intención de desmontar la gran patraña urdida alrededor del gordo barbudo de origen europeo que emigró a las américas y vino más gordo, más barbudo, más rojo y manejando más pasta.
Como ya ha quedado dicho en el manifiesto, no insistiremos en lo mucho que nos duele que una sociedad entera (todo el planeta, joder) se entretenga en engañar a los críos con el pretexto de que ellos eran muy felices en su infancia, que si les hacía ilusión, etc. Mientras los perros sigan ladrando los humanos nos seguiremos mordiendo, y mientras se monten estrafalarios engaños a los niños no cambiará la sociedad.

En el caso de este país (Expaña) es aún más grave puesto que se supedita el utilitarismo a la tradición y se les dan las chuches de plástico a los nenes el 24 «porque así tienen tiempo de jugar, los pobres». Bueno, luego también son regalados unos días más tarde, «para mantener la tradición» (coño, esto lo podían aducir el 23, pero no).
Tras esta pataleta dejo a aquellas personas sensibles la reflexión sobre el asunto y el compromiso de que dejemos de aprovecharnos de la inocencia de las criaturas para nuestros fines mercantilistas y chantajistas. El siguiente enlace habla de la «tradición» del tipejo de los paquetes que te hacen volar, digoooooo, que vuela y trae regalos.

Actualización: se perdió el enlace. Cosas de la red.

Pintada "PAPA NOEL NO ESITETE (sic)"
Pintada «PAPA NOEL NO ESITETE (sic)»