Somos muchos los que pensamos que la navidad es
falsedad, hipocresía y cinismo llevado a extremos de abyección. Algunos
simplemente esperan que pasen estas-fechas-tan-señaladas, otros
despotricamos en la red como entretenimiento y catarsis y algunos salen a
la calle con sus vaporizadores de pintura a que la ciudad sepa lo que
opinan. Es, quizá, el caso más elevado de odio a la navidad, el más
motivado.

¡Gracias, amigo desconocido, por tu valiente testimonio!