Si alguien se pregunta por la razón del titular de
esta noticia debería retrotraerse a años anteriores para poder
entenderlo. La Caja de Salamanca, luego de Salamanca y Soria, luego Caja
Duero (caga dero, dicen algunos) y próximamente Caja Incógnita decora
el palacio que constituye su sede con las más variopintas espantajadas
que mente humana pueda concebir. Eso sí, siempre grandes, muy grandes. Y
siempre caras, muy caras. Tanto que luego las reutilizan en las sedes
que dicha entidad tiene en otras ciudades (Burgos, Valladolid,
Zamora…)
El año pasado, por cuestiones de
Crisis (nótese la maýuscula) no pusieron nada, qué gusto, de verdad. Y
este año como la crisis no aminora pues han puesto lo mismo, nada, cosa
que muchos amantes de la arquitectura barroca les agradecemos.
