¡Qué bello es vivir! Hasta el oscuro, siniestro y marginal mundo del motero hace una genuflexión a estasfechastanseñaladas y llena su pequeño universo de bonitas espantajadas. Al fin y al cabo, hasta estas gentes se hacen regalos (luego tan marginales no serán). Obsérvese el barrigudo-barbudo personaje que, a horcajadas del insecto zumbante, tránsido de orgullo luce sus magníficos atuendos de caballero-motero-actual. Ah, Sancho, amigo, vivir para ver.

