A veces las cosas hablan por sí mismas. Es el caso de la decoración navideña que pretende «embellecer», suponemos, tal monumento. Como idea podíamos colocarle un gorrito de papanoel al David de Michelangelo, con luces a ser posible. O una guirnaldita fosforescente y animada a la Gioconda, por citar algún caso emblemático. Hasta, si queremos cruzar el charco, disfrazar de rey mago (negro a ser posible) a la famosa estatua de la libertad.
La ventaja que tiene «nuestro» regalito, es que también sirve de pantalla LED en la que se pueden poner variadas decoraciones. Sugiero que algún rato, fuera del horario infantil, se proyecten fotos de cierto tipo. Como se puede uno colocar dentro del regalito, las posibilidades son bastante sugerentes ¿no les parece?
Dejo ya de escribir, que parece que el año nuevo me está calentando los sesos y otras partes menos mencionables.