La estulticia navideña

Estoy dudando si no sería mejor que esta entrada apareciese en el estupidiario , pero bueno, como tiene que ver bastante con la maldita navidad y sus miserias, pues aquí va. La foto, de poca calidad, es la de un pobre mortal ya en sus últimos años de vida, que mira la lista (no oficial) que los periódicos publican con los resultados de la lotería de ayer. A juzgar por la cantidad de papelitos que el señor manejaba entre sus manos, se podría asegurar que la cifra gastada tenía dos ceros si no tres. Y aquí está, el pobre miserable de espíritu en la chocolatería, mirando a ver si los premios obtenidos compensaban lo gastado. Lo que por esta piel de todo, visitantes de otros continentes, se expresa con «que toque lo jugado», sin pensar que lo que se juega, la ilusión, nunca te la pagan de vuelta. Que lo que se juega en estos casos y siempre se pierde, el tiempo, tampoco nos lo pagan. Me pregunto que habría hecho este hombrito si le hubiese tocado un premio gordo, uno de estos de cinco o seis ceros…

Lamentable  espectáculo, no obstante, porque la lotería es la confianza del imbécil en la suerte del azar en lugar de la reivindicación del derecho. Porque confiar en que un golpe de viento nos traiga la riqueza en lugar de luchar por la redistribución y la justicia en la gran lacra de este maldito terruño que condena a sus viejos al hambre y a sus jóvenes a la emigración y la esclavitud. Gran invento, la lotería, que recauda impuestos a manos llenas sobre todo de aquellos que menos tienen. No me extraña que en Cuba esté prohibido el juego, me pregunto si también estarán prohibidas las revistas del corazón. Y no sigo, que queda mucha navidad para despotricar.

Por cierto, que si algún lector o lectora está interesado en escribir de forma regular en esta santa página no tiene más que decirlo, siempre se agradece una mano. También hay un libro de firmas donde se puede escribir.

Actualización: Ya no hay libro de firmas para evitar recoger datos de visitantes y cerrar las puertas a los revienta-páginas.

El vicio de la lotería
El vicio de la lotería

El regalo de este año

Si no encuentra usted el regalo del siglo es porque no quiere. La gilipollez futbolera llega a tal punto en este puto país que los diseñadores de objetos de todas las categorías caen en el agujero negro de la horterada al menos una vez. Vean esta cama de mascotas con el logo de un conocido equitpo de fútbol. Pobres bichos, la que tienen encima. Claro, por eso en ciertas religiones se considera que reencarnarse en un perro es un descenso en la escala del karma.

Regalo para mascotas
Regalo para mascotas

Ilusiones y mentiras

¡Ay, qué cartel! Declaraciones de principios, mensajes vacuos, ilusiones vacías, contenidos mediocres, diseños obsoletos, deseos imposibles, informaciones erróneas, tradiciones incontestables, sociedades imposibles, inmovilidad asfixiante, el oxímoron invernal. ¡PUTA NAVIDAD! Y lo peor de todo es que será así, también, el año que viene y el siguiente y así «ad infinitum».

Cartel paz y familia
Cartel paz y familia

En la calle mayor

Bueno, casi. Se trata del intento de la peluquera del barrio, Flori, por que las navidades de este año sean un poco más luminosas. Agradecemos el intento, pero los políticos y otras malas yerbas nos harán la vida imposible estas fechas y las siguientes. En todo caso, hortera, como corresponde a-estas-fechas-tan-señaladas.

Escaparate de la peluquería Flori
Escaparate de la peluquería Flori

Escualideces

Viva la bobería, la moda estúpida, el dispendio absurdo, la imbecilidad extrema, la horterada provinciana, la ridiculez estética, el mal gusto y, sobre todo, la ejecución de jóvenes cuerpos en pos de unas tendencias tan crueles como espantosas. Vean la foto tomada en la calle Mantería de Valladolid, donde se hace gala de todo lo anteriormente dicho adornado además con algo que en estas páginas tanto admiramos: la puta decoración navideña.

Escaparate con maniquíes escuálidas
Escaparate con maniquíes escuálidas

Más sincretismos

Otra entrada de la serie de mejunjes mentales que se preparan en las cabezas de los mortales. Vean este parchís nazareno fotografiado en Cádiz. Un lujito de tragaderas mentales, sin duda comparable a los nazarenos futboleros de Valladolid que ya comentamos hace tiempo. Bueno, tampoco hace falta ir muy lejos en esta época, vale con salir a la calle y ver cómo los ciudadanos de medio mundo hacen lucir escaparates en pretendida alusión al dios de los cristianos (que al parecer nació en verano) cuando en realidad lo que celebran es el solsticio de invierno según los cánones ancestrales. Y eso si mencionar al papanöel-santaclaus, un enjuague de tradiciones, supersticiones y otras yerbas comerciales. Sigan los enlaces de esta entrada para investigar un poco y luego, en lugar de andar rezando por ahí, pueden dedicar un rato a culturizarse sobre estas y otras cosas de cristianos. Con otras religiones no me meto por falta de conocimientos, no vayan a creer.

Parchís original
Parchís original

Sincretismos religiosos

Continuando con la entrada de ayer, les ofrezco otra imagen tomada en Cádiz, cuya larga historia y sus buenas digestiones espirituales han dado lugar a sincretismos sin igual en Europa. Las creencias en el dios suerte, en el dios dinero y en el dios de los palos, aunadas con gracejo y sin vergüenza alguna en este escaparate gaditano. La foto está tomada en verano, con esa costumbre que se ha puesto de moda de comprar lotería en otro lado, porque ya se sabe que en casa nunca toca.

Mitologías y creencias
Mitologías y creencias

El abominable hombre de la navidad

El diseño llevado a su máximo exponente en esta horrenda figurilla que quiere parecer un arbolito de Navidad combinado con un Papá Noel. Un lujo (probablemente asiático) cuya adquisición es posible en una tienda de la calle Mayor de Reinoso en Béjar y seguro en otros mil lugares de este puto planeta adorador de mitos.

Abominable hombre de la navidad
Abominable hombre de la navidad

El niño la bola

Espantajada encontrada en un escaparate y que parece la última moda en mierdangas navideñas. Un niñojesús metido en bola de cristal rellena de agua. Sólo superable por el horroroso pato coronado que lo escolta. Cada navidad parece que no se superará el límite de horterada de la anterio, pero parece que aún no se tocó fondo.

Niño, bola y pato rey
Niño, bola y pato rey

Empieza la tortura

Y no es coña. Para muchos de los humanos viandantes que pisan estas calles la navidad es una tortura horrorosa en muchos sentidos: visual, estético, acústico, humano, ecológico, estomacal y social. Esta página será un homenaje a todos ellos, que están invitados a escribir tanto en el libro de firmas como artículos. ¡Sean ustedes bien recibidos, enemigos de la navidad!