Si no encuentra usted el regalo del siglo es porque no quiere. La gilipollez futbolera llega a tal punto en este puto país que los diseñadores de objetos de todas las categorías caen en el agujero negro de la horterada al menos una vez. Vean esta cama de mascotas con el logo de un conocido equitpo de fútbol. Pobres bichos, la que tienen encima. Claro, por eso en ciertas religiones se considera que reencarnarse en un perro es un descenso en la escala del karma.